Discusiones y separaciones familiares. Predice una victoria sobre el adversario y el logro de un propósito. También se traduce por un hijo, un compañero leal, por la autoridad. Si en el sueño se corta el
látigo en el momento de castigar a alguien, vaticina la pérdida del cargo. Dar latigazo a un caballo para apurarlo en la marcha: aprietos de los cuales se quiere salir. Herir a alguien, con
látigo, sangrándolo infamia del que pega; si no sale sangre: culpabilidad del castigado.
Si en el castigo se tuerce y se rompe el
látigo: estupidez y maldad del agresor. Si es un gobernante el que golpea con el
látigo: dinero en igual cantidad que los azotes recibidos.
El
látigo es un símbolo de poder y dominio irracional. Por ello, soñar que lo usamos es una advertencia de que hemos cometido una acción arbitraria. Si por el contrario somos nosotros quienes recibimos los latigazos es que nos veremos humillados. Usarlo: usted será temido y respetado.
Verlo u oírlo estallar: advertencia de que podría sufrir un daño próximamente.
Recibir latigazos: será humillado, avergonzado y caerá en desgracia.